El flujo de energía ingresa a los sistemas a través de los productores y
los abandona a distintos niveles tróficos en forma de calor. En los
sistemas comunitarios la materia sigue las mismas vías por las cuales
fluye la energía; sin embargo, a diferencia de esta, la materia o los
compuestos inorgánicos que componen la materia viva, fluyen en
forma cíclica en el ecosistema.
Entre las sustancias inorgánicas que forman parte de los organismos
vivos, las más significativas son: agua. Carbono, nitrógeno, fósforo,
potasio, sulfuro, calcio, magnesio, sodio, cloro y algunos minerales,
como fierro, cobalto, molibdeno y zinc.
En general, el flujo de estas sustancias en el ecosistema se mueve en
los distintos niveles tróficos, pero además fluyen a través de los
sistemas geofísicos: la atmósfera, la corteza terrestre y las fuentes de
agua.
Así, debido a que este movimiento atraviesa tanto el componente
biótico como el abiótico del ecosistema, los ciclos que describen estas
sustancias son conocidos como ciclos biogeoquímicos.
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